El 91.º Plenario de Rectoras y Rectoras del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) reunió a los representantes de las 73 universidades públicas del país con los titulares de la Secretaría de Educación y de la Subsecretaría de Políticas Universitarias en un debate intenso. Durante el evento se eligieron a las nuevas autoridades del Consejo para el período 2024-2025: Víctor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), es el flamante presidente, acompañado por Oscar Alpa, rector de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), en el cargo de la vicepresidencia.

“Tengo un gran aprecio por el CIN. Para mí es un honor asumir este rol que me han confiado mis pares para trabajar codo a codo con humildad”, dijo Moriñigo, que brindó un breve análisis de la situación actual. “Estamos transitando épocas inéditas para estos 40 años del CIN. No tenemos ningún representante del oficialismo en esta mesa, ni tampoco tenemos decanos y centros de estudiantes con esas lógicas. Está en nosotros poder comunicar todo lo bien que le hacemos a la educación pública y a nuestro país. Tenemos que defender lo conseguido. No hay libertad sin educación”. 

Además de la asunción de las nuevas autoridades, el plenario aprobó por unanimidad una declaración institucional en defensa de la educación pública, así como la nueva marca institucional Universidad Pública Argentina, y dio tratamiento y aprobación a los informes de cada una de las comisiones y a nuevos convenios de cooperación estratégicos. 

El nuevo Comité Ejecutivo del CIN quedó conformado de la siguiente manera: Presidente: Víctor Moriñigo | Vicepresidente: Oscar Alpa | Comité Ejecutivo: Flavia Terigi, Martín López Armengol, Darío Kusinsky, Pablo Domenichini, Marisa Rovera, Alfredo Lazzeretti, Esther Sánchez, Anselmo Torres, Andrés Sabella, Omar Larrosa, Alicia Bohren y Rubén Soro

La cobertura del evento, acá y acá. La transmisión completa, acá.

Discurso del presidente saliente del CIN y rector de la UNSAM, Carlos Greco

“La educación superior genera beneficios individuales, pero también, y profundamente, beneficios sociales que no solo tienen que ver con cuestiones económicas: tienen que ver también con la construcción de un pensamiento crítico y diverso. No tenemos nada que discutir. Sí podemos debatir la modalidad y los criterios. Proponemos que la construcción del presupuesto universitario sea el resultado de debates apalancados en criterios fundados, pertinentes y, sobre todo, de suficiencia.

Hablamos de un presupuesto que el sistema universitario requiere para hacer lo que está haciendo: seguir funcionando como lo hizo hasta ahora, y generar el valor que la sociedad le reconoce. El sistema universitario es parte de la solución, y no del problema: tiene los atributos y la vocación de resolver los problemas del país, desde los más particulares a los más generales. Porque el principal capital que tenemos, más allá de los campus, los laboratorios, el equipamiento y los recursos financieros, es el capital intelectual. Un saber comprometido con la autonomía responsable, una autonomía que se construye dialogando con las necesidades de la sociedad. Nunca le vamos a esquivar el bulto a esta discusión, toda nuestra comunidad está atenta. En un marco de diálogo y de construcción colectiva, nos planteamos seguir haciendo lo que estamos haciendo, sin incrementos.”

El discurso completo, acá.