El sueldo no alcanza, la plata no alcanza. ¿El problema es la inflación acelerada, el salario promedio o los ingresos sin derechos? En esta nota, lxs investigadorxs de la UNSAM Matías Maito, Florencia Fares y Alexandre Roig definen el mapa laboral argentino, hoy limitado por el estancamiento del mercado formal, las nuevas formas de la informalidad y una imparable carrera del sueldo contra la inflación.
“Venimos con una inflación alta desde antes de la pandemia. Ahora hay una aceleración de la inflación por la cuestión de la guerra en Ucrania y el precio de los comodities, lo que hace que los acuerdos salariales se quedan cortos. Si la proyección de la inflación que había en enero era de un 55 % y resulta que ahora se proyecta un 70 % como piso, la negociación paritaria no alcanza”, observa Fares, economista, docente e investigadora de la Escuela de Economía y Negocios (EEyN). Por su parte, Maito, director del Centro de Capacitación y Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CETyD) de la Escuela IDAES, plantea: “El macrismo detuvo la distribución del ingreso y eso después no se pudo revertir porque vino la pandemia y no se tomaron medidas suficientes para recomponer el poder adquisitivo de los salarios. ¿Qué empresas hoy tienen la capacidad verdadera de aumentar los salarios?”.
Lxs anteúltimxs
Según un documento del CETyD elaborado en base a datos del INDEC, la cantidad de trabajadores creció tanto en el sector privado como en el público y se expandieron el empleo asalariado registrado, el trabajo por cuenta propia y el trabajo en el sector informal. La contracara de estas buenas noticias es que el 28 % de los trabajadores del país se encuentra bajo la línea de pobreza. Los datos muestran que la proporción de trabajadores pobres llega al 41 % entre los cuentapropistas, al 45 % entre los asalariados informales y al 15 % entre los asalariados con empleos registrados.