Científicxs de nuestra Escuela de Bio y Nanotecnologías (EByN) descubrieron un nuevo y extraño efecto que puede ocurrir en la materia cuando se la estudia a escala nanométrica —millonésimas partes de un milímetro—: en ciertas condiciones, estructuras inanimadas parecen cobrar vida. Lo advirtieron observando el comportamiento de dos gotas de agua depositadas en una película de óxido de titanio, que recrearon dinámicas de interacción celular.
“Estamos trabajando desde hace bastante tiempo con materiales que tienen poros nanométricos”, contó en esta nota Galo Soler Illia, investigador del CONICET y decano del Instituto de Nanosistemas (INS) de la UNSAM. “Son fascinantes. En esas pequeñas cavidades pasan cosas raras y la materia tiene un comportamiento muy curioso que todavía no se entiende bien”. El hallazgo, publicado en la revista Nature Comunications, podría encontrar diversas aplicaciones en los campos de la nanofluídica (desarrollo de productos de muy alto valor agregado como proteínas, ácidos nucleicos y biomoléculas) y la nanohidráulica (diseño de circuitos clave para el desarrollo de órganos artificiales, prótesis inteligentes, regeneración vascular y dispositivos de robótica blanda —sin tornillos ni cables—).
Soler Illia es coautor del trabajo junto con Agustín Pizarro (UNSAM), Martín Bellino (CNEA) y Claudio Berli (Universidad del Litoral). “Martín y Claudio tienen una larga colaboración en el estudio de lo que sucede cuando uno pone una gota sobre una superficie con nanoporos”, amplió Illia. “En contacto con el agua, los nanoporos se comportan como una esponja: generan espacios en donde el líquido queda confinado y adquiere nuevas propiedades”.