¿Por qué seguimos hablando de energía nuclear? Porque está presente en sectores clave como la medicina, la industria, el ambiente y hasta el espacio. ¿Algunos ejemplos? Permite generar energía eléctrica con alta eficiencia y baja emisión de carbono; desarrollar técnicas complejas de diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer; implementar nuevos métodos para la conservación de alimentos, el mejoramiento genético de semillas y el control de plagas; aplicar técnicas nucleares en los campos de la arqueología, la geología y las ciencias ambientales; implementar análisis no destructivos de materiales mediante radiación; controlar la calidad de los procesos industriales a través del uso de trazadores radiactivos e inspecciones con rayos gamma y radiografías industriales; mejorar los procesos de gestión del agua mediante estudios hidrológicos con isótopos y desalinización nuclear para la generación de agua potable en zonas áridas.

Desde 1993, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UNSAM trabajan juntas para formar profesionales, investigar y desarrollar tecnología con impacto real en la Argentina. Esta alianza se materializa en los institutos Sábato (ITS) y Dan Beninson (IDB), que son codirigidos por ambas instituciones en múltiples investigaciones conjuntas. Esta semana, recibimos la visita de Germán Guido Lavalle, presidente de la CNEA, que se reunió con autoridades y decanos de la Universidad para seguir fortaleciendo el trabajo conjunto.

Argentina tiene la capacidad instalada, el talento y la vocación para liderar en energía nuclear. Y eso también se construye en la universidad pública.

Más fotos de la visita, en este carrousel.