Los físicos de todo el mundo celebran diez años del descubrimiento del bosón de Higgs, un tipo de partícula elemental que permitiría explicar cómo se origina la masa de todas las partículas del Universo. Sin embargo, muchas de sus propiedades siguen siendo un misterio. Hasta ahora, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) logró reunir solo una vigésima parte de la cantidad total de información que se espera recopilar.
“Observar indicios de nuevos fenómenos en estudios de precisión es más probable que observar directamente una nueva partícula”, explicó a la revista Nature Daniel de Florian, nuestro especialista en física de las partículas elementales internacionalmente reconocido por su aporte al descubrimiento de la “partícula de Dios”. “La naturaleza única del campo de Higgs hace que se comporte como un portal hacia la nueva física. Hay mucho espacio para la emoción aquí”.
Es físico por la UBA y doctor en Física por la UNLP. Realizó posdoctorados en el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) y en la ETH Zürich (Suiza).
Regresó a la Argentina en 2001 para apostar por el desarrollo científico del país. Dirige el Centro Internacional de Estudios Avanzados (ICAS, por sus siglas en inglés) de la UNSAM, donde también dicta clases y ejerce como investigador superior del CONICET. Además, se desempeña como uno de los coordinadores del grupo de trabajo del LHC, conformado por 600 científicos de todo el mundo que aportan recomendaciones a las colaboraciones experimentales.
Es autor de numerosas publicaciones internacionales en revistas científicas y recibió prestigiosas distinciones por sus investigaciones, entre ellas, el Premio Houssay en 2005, la beca Guggenheim en 2008 y el TWAS en Física en 2014.
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