Fiorella siempre tuvo la sensación de que en su casa de la infancia vivían en un tiempo paralelo. “Me crie en los noventa en una familia de los setenta”, dice. Creció entre historias de militares y desaparecidos, relatos de su abuelo y del día que escuchó la frase “hay un fusilado que vive”, pero, a esa edad, solo le interesaba ir al shopping y leer Harry Potter. Recién en quinto año, cuando una profesora le hizo leer Operación Masacre, entendió la admiración que despertaba su abuelo.

“Me han preguntado muchas veces si quiero escribir, ser periodista, dedicarme a la política y yo siento que no lo puedo hacer, no me puedo comparar con Patricia y Rodolfo. Es ridículo intentar imitarlos. Siento que tengo que ir para otro lado y buscar mi propio lugar, hacer otra cosa. Y en ese sentido, el feminismo sí me interpeló. Creo que esa es mi causa.”

En la semana de la Memoria por la Verdad y la Justicia, conocé la historia de Fiorella Metetieri, nieta de Rodolfo Walsh (Revista Anfibia).

A 46 del años del golpe de Estado de marzo de 1976, la UNSAM organizó actividades abiertas a toda la comunidad y convocó a la marcha de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Además, el rector Carlos Greco saludó especialmente a Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuela de Plaza de Mayo y vecina histórica de San Martín.