Sigo remontando río arriba en un barco que en la proa lleva el nombre de tu nombre río Paraná, dice la letra de un tema de Suárez dedicado a uno de los ríos más importantes de nuestro país, pero también de Sudamérica, que muy pronto deberá cambiar su curso. De cara a la finalización del contrato con Hidrovía SA —empresa que hasta julio de este año tendrá el control de los puertos y la vía fluvial Paraná – Río de la Plata—, ¿cómo seguir remontando río arriba durante los próximos treinta años?
Para pensar y proyectar el futuro de este recurso clave en la integración económica regional, hace unos días autoridades y expertos de la UNSAM participaron del encuentro “La vía fluvial Paraná – Río de la Plata y su relevancia para el desarrollo sustentable de la Argentina” (el primero de un ciclo que continuará). Jorge Taiana, integrante de la nueva Comisión Bicameral para el Seguimiento y Monitoreo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, repasó los orígenes de la Cuenca del Plata y relevó algunos aspectos críticos de los actuales convenios comerciales y de navegación. “Las altas tarifas del peaje fluvial, la sobrefacturación, el contrabando y el sistema de embudos que provoca que los barcos tengan que ir hasta Uruguay y esperar turno complejizan mucho el panorama. La concesionaria no buscó la posibilidad de comunicar los puertos fluviales y los marítimos por aguas argentinas. La ausencia de esa conexión es un déficit para nuestra soberanía”, dijo.
Esta iniciativa fue presentada por el Claustro Estudiantil en la última reunión del Consejo Superior, donde fue debatida y declarada de interés institucional y académico.
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