“En el mundo hay un montón de gente amputada que está escondida y no camina hace un montón de años. Yo veo gente en la vía pública y me le acerco y les hablo. Quiero que sepan que haciendo los papeles pueden conseguir una prótesis. Lleva tiempo, es verdad, pero te cambia la vida.”, contó Maicol Curtido, estudiante de primer año de la Licenciatura de Órtesis y Prótesis del Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento (ICRM) de la UNSAM, que en 2016 perdió parte de su pierna derecha en un accidente de tránsito, pero poco después obtuvo una prótesis en el ICRM y ahora también ayuda con todo lo que tiene para dar.
Pocos años antes, Emiliano Escobar vivió algo parecido: un camión de basura lo embistió mientras andaba en moto y perdió parte de su pierna izquierda. Hoy, gracias a la ayuda de una prótesis transtibial —diseñada para amputaciones por debajo de la rodilla—, estudia en la UNSAM, trabaja en una empresa de sistemas informáticos, hace natación y todos los sábados recorre 100 kilómetros en bicicleta. “Yo estudio para darle esta misma posibilidad a alguien más, esa felicidad de volver a retomar la vida. Porque es eso: recuperar la vida que uno tenía. Cambia mucho cuando te ponen la prótesis porque ya no dependés de otras personas.”
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Rehabilitar el movimiento
El ICRM surge de un convenio de cooperación entre el Servicio Nacional de Rehabilitación y Promoción de la Persona con Discapacidad y la UNSAM. Su objetivo es formar recursos humanos en profesiones vinculadas con la medicina e involucradas en los procesos de rehabilitación, reeducación y mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
Además de formación en ortesis y prótesis, el Instituto brinda carreras de pregrado, grado y posgrado en los campos de la enfermería, la terapia ocupacional, la educación física, la kinesiología y la fisiatría. También ofrece capacitaciones y ciclos de complementación curricular.