¡Hola, unsamer! ¿Cómo estás?

Seguro sabés que esta semana no fue fácil para la comunidad universitaria argentina.

Ayer jueves, mientras se iniciaba en las universidades públicas un paro impulsado por los gremios docentes y nodocentes de todos el país, los medios informaban que el gobierno otorgaría “un 70 % de aumento al presupuesto universitario”. En realidad, de existir ese aumento, sería cercano al 4 %. Y no sería un aumento, sino una actualización sobre los “gastos de funcionamiento” de las universidades (no sobre los salarios).

El presupuesto universitario tiene dos grandes capítulos: un 95 % del total corresponde a salarios y el 5 % restante se destina a otros gastos. Esa relación, con miras a una garantía real del derecho a la educación superior, debería ser del 75/25. El problema es que los gastos de funcionamiento quedaron congelados tras prorrogarse el presupuesto 2023 (elevado al Congreso Nacional en septiembre de 2022). Es decir que tienen un atraso —por inflación acumulada— del 300 %, por lo que, de existir la actualización que dejó trascender el gobierno nacional, apenas cubriría una cuarta parte de lo que hoy necesitan las universidades públicas para funcionar de manera eficiente.

Los salarios docentes y nodocentes se discuten en paritarias de las que participan la Secretaría de Educación, los sindicatos y el Consejo Interuniversitario Nacional (que agrupa al conjunto de las universidades públicas argentinas). La última actualización fue del 6 % en febrero, sobre un 10 % acordado durante el gobierno anterior (en enero no hubo actualización salarial). Los gremios docentes y nodocentes —que rechazaron ese aumento del 6 %— denuncian una pérdida de poder adquisitivo de más del 50 % frente a la inflación del último trimestre.

Según APUNSAM, el sindicato de trabajadores no docentes de nuestra universidad, el paro de ayer tuvo un acatamiento del 93 %. El objetivo es seguir defendiendo la educación pública y de calidad.

Todo eso y mucho más en este #NU 140.