1. Economía, 2. Integración regional, 3. Identidad y cooperación Sur-Sur, 4. Seguridad, 5. Malvinas. El bloque de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica invitó a la Argentina a sumarse como miembro pleno junto con Irán, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos. Los seis países se incorporarán a partir del 1 de enero de 2024. Alejandro Frenkel, investigador del CONICET y profesor de la Maestría y del Doctorado en Relaciones Internacionales de nuestra Escuela de Política y Gobierno (EPyG) explica por qué es importante ser parte de este grupo.

“En conjunto, los BRICS representan el 25,7 % del PBI mundial y cerca del 20 % de las inversiones a nivel global. En particular, Brasil, China e India están en el top 5 de los principales socios comerciales de la Argentina. Mientras que el país verde amarelo es el principal destino de las exportaciones del complejo automotriz y triguero, y el segundo del complejo petrolero-petroquímico, India y China son, respectivamente, el primero y segundo mayor comprador de soja de nuestro país. Por otro lado, Egipto —otro de los flamantes miembros del bloque— está entre los principales mercados del sector cerealero argentino (fue el sexto comprador de maíz en 2022) y en 1997 fue el primer país extranjero en adquirir un reactor nuclear fabricado por el INVAP. Cabe señalar que, en 2010, el Mercosur y el país africano suscribieron un tratado de libre comercio.”

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Una alternativa desde el Sur Global

Para lxs investigadorxs de la EPyG Mariela Cuadro, Bruno Dalponte, Julián Kan y Alejandro Rascovan, el ingreso de nuestro país al bloque es una ventana que se abre en un mundo cada vez más plural y heterogéneo, una alternativa para resolver las urgencias financieras y las desestabilizaciones cambiarias.

“Ser parte de los BRICS no otorga per se ninguna preferencia comercial. Pero es esperable que una mayor intensidad de contactos entre los países produzca nuevas formas informales de facilitación de comercio. […] Bajado a tierra, esto quiere decir que nos conocemos más y mejor, que sabemos quiénes producen qué, qué intereses tiene cada miembro, qué sectores estratégicos quiere desarrollar cada uno y qué oportunidades de cooperación mutuamente beneficiosa pueden surgir (comerciales, científicas, tecnológicas, políticas, etc.).

El análisis completo, en Revista Anfibia.