Tras su primer descenso a la tumba del faraón Tutmosis III, Lucas Gheco, docente de la Licenciatura en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural e investigador del Centro de Estudios sobre Patrimonios y Ambiente (CEPyA) de nuestra Escuela de Arte y Patrimonio (EAyP), volvió a Lúxor para sumarse a una nueva misión arqueológica en el Valle de los Nobles, antigua necrópolis tebana, de la que participan arqueólogxs, antropólogxs y egiptólogxs de la Argentina, Brasil y Egipto. El proyecto busca entender el pasado y el presente de este fascinante patrimonio cultural desde una perspectiva antropológica.
“Las paredes de las tumbas de Lúxor están totalmente pintadas y grabadas, desde el piso hasta el techo. Ahí se cuentan distintas cosas: desde relatos sobre la vida del difunto y su familia hasta representaciones y ofrendas de alabanza a los dioses, entre otros aspectos. Lo que nosotros sostenemos es que estas paredes fueron mucho más que objetos o superficies para ser mirados: formaron parte de un artefacto en movimiento y cumplieron roles muy específicos. Para los antiguos egipcios, la vida continuaba después de la muerte. Por eso es que entendemos que la tumba estaba constantemente funcionando, como una máquina: para generar ese dinamismo utilizaron algunos recursos gráficos que ponían en movimiento a los personajes y otras figuras pintadas. Eso es lo que estamos estudiando en el marco de un proyecto mayor que explora las historias de estas paredes desde su confección hasta la actualidad”.
La aventura completa de Lucas Gheco, acá.