En el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la periodista, autora de la novela Yo la quise (2019) y docente del seminario Comunicación y Derechos Humanos: Narrativas de las Memorias de la Licenciatura en Estudios de la Comunicación de nuestra Escuela de Humanidades (EH), cuenta cuál es su propuesta de formación con perspectiva de memoria y comparte fragmentos de algunos trabajos finales de sus estudiantes.
“Creemos que cada vez es más necesaria la promoción de las memorias y las narrativas de los que quedaron afuera del registro oficial. ¿Qué les pasó a las y los vecinos? ¿Qué les pasó a quienes realmente no sabían, a los que protagonizaron diversos gradientes entre el consenso y la resistencia a la dictadura? ¿Qué les pasó, ahora que pudieron juntarse y decirlo públicamente, a las hijas e hijos de los represores, los perpetradores del horror? Estas historias desobedientes habilitan múltiples miradas y revelan una parte de la trama, del sentido, que no había sido develada.”
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Narrar y hacer memoria como acción política
Agustina R., estudiante de la Licenciatura en Historia (EH), primera generación de universitarios en su familia. Reconstruyó la historia de un primo de su padre, combatiente que murió en Malvinas, de quien nadie en la familia había vuelto a hablar. “Logró hacer interiorizarme un poquito más en mi historia, en mis huellas del pasado y aunque tal vez nunca se me cruzó por la cabeza buscar registros de ello y nunca me sentí identificada, hoy puedo decir que tengo una gran conexión y que tengo una huella de por vida”.
Nils W., estudiante alemán de la Maestría Estudios Latinoamericanos (EH), de intercambio en la UNSAM. Entrevistó a sus abuelos sobre cómo fue ser adolescente durante la Segunda Guerra Mundial. La abuela le contó una historia que nunca había contado a nadie: ella, sus hermanos y su mamá pasaron días escondidos en un sótano esperando a que llegaran los Aliados a liberarlos. El abuelo ingresó a finales de la guerra al Ejército alemán y nunca había contado nada de ese período. “Mi familia está muy entusiasmada con la reconstrucción que estoy llevando adelante. Es impresionante lo que ha causado este trabajo y lo que ha causado el seminario. ¡Muchas gracias!”, escribió Nils en su correo de despedida.
Julieta C., estudiante del Profesorado en Ciencias de la Educación (EH). Reconstruyó la historia de sus abuelos y narró las situaciones de violencia de género que vivía su abuela Beatriz. “En los tiempos de ahora, en donde el feminismo entró en la vida de muchas mujeres, en este tiempo puedo comprender un poco más la vida de mi abuela”.
Diego T., estudiante de la Licenciatura en Comunicación Audiovisual (EH) nacido en México. Produjo un podcast en el que dialoga con su padre –él en Buenos Aires, el padre en México– sobre la masacre de Tlatelolco en 1968. En ese momento su padre era un joven profesor de historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y nunca habían conversado sobre el tema. “Tuve que venir tan lejos para que me contara esa historia, su historia”, dice Diego.
Julieta E., estudiante de la Licenciatura en Estudios de la Comunicación (EH), reconstruyó la historia familiar desde el bisabuelo Jorge Konkoly que nació en Hungría y llegó a la Argentina en 1940. Matricero de profesión, logró con mucho trabajo y esfuerzo montar la fábrica de juguetes Halcón. Para celebrar el excelente trabajo de reconstrucción histórica, con el que obtuvo un 10 en el examen final, Julieta nos regaló la receta familiar del goulash como agradecimiento.
Camila A., estudiante de la Licenciatura en Comunicación Audiovisual (EH), recuperó la historia de su abuela Orfilia, profesora de Literatura en un colegio católico en Villa Devoto durante los años 70 y 80, que contó las estrategias que llevaban adelante para que las estudiantes pudieran conocer películas y libros prohibidos por la dictadura, lo que finalmente la obligó a renunciar a la institución. Los libros como fuente de alegría, el video que hizo Camila, establece la particular relación de esa profesora con la literatura como factor emancipador. Luego de sufrir denuncias y un allanamiento, Orfilia decidió embalar sus libros en un depósito para evitar la represión.
Mariel F., estudiante de la Licenciatura en Estudios de la Comunicación (EH), reconstruyó la historia de su familia, que emigró a la Argentina luego de la guerra del Paraguay, país del que son oriundos. Escribió un perfil de su madre, que trabajaba como empleada de limpieza en un albergue transitorio (hoteles por horas). “Sara trabajó en un albergue transitorio por más de treinta años. Durante ese período, ella fue invisible para lxs clientxs. Nadie se fijaba en ella, pero ella percibía cada detalle. Observaba a hombres infieles ingresar constantemente. Escuchaba gritos de placer sobreactuados. Reconocía a lxs trabajadorxs sexuales que frecuentaban el hotel. Ella percibía todo…”, comienza el relato.
Victoria R., del CCC Licenciatura en Comunicación Audiovisual, realizó una investigación que enlazaba la muerte de la mejor amiga de su abuela, quien falleció por un aborto mal hecho, con la reciente aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. La nota salió a página doble, con gran despliegue, en Página 12, titulada “Por qué hay que legalizar la IVE”, y cuenta dos historias, separadas por 46 años, de mujeres que pasaron por abortos muy difíciles.
Fotos: Leandro Martínez