Promover, incitar o legitimar la discriminación, la deshumanización y la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de su pertenencia a un grupo religioso, etnico, nacional, político, racial o de género, entre otrxs; buscar generar un clima cultural de intolerancia y odio; provocar en la sociedad civil prácticas agresivas, segregacionistas o genocidas. ¿Los discursos de odio en las redes sociales son verdaderamente peligrosos? ¿O constituyen una forma de canalizar frustraciones que, de no expresarse, podrían tener consecuencias aún más nocivas en “el mundo real”?
En su estudio de estos discursos —configuraciones, objetos y contextos de aparición—, el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos (LEDA) de la UNSAM elaboró una Grilla de Análisis de Violencias en el Espacio Digital, en la que se registran aspectos contextuales y analíticos de discursos de odio específicos.La herramienta permitió identificar que los objetos de odio suelen ser, en su mayoría, mujeres. A su vez, se detectó la existencia de escenas y conversaciones de odio en las que usuarixs “autorizadxs” activan tópicos de conversación a partir de la serie chorrxs-migrantes-planerxs-políticxs-putas-corruptxs-negrxs en distintas combinaciones y proporciones.
Más info, en este posteo. Nota relacionada: “Redes sociales, haters y algoritmos. Intoxicados: ¿Qué hacer frente a los discursos de odio?” (Revista Anfibia)