La valijita de Juliana Cassataro es enorme: además de una amplia capacidad técnica al servicio de la soberanía sanitaria, también tiene espacio para uno de los mejores equipos de investigación del sistema científico local, plataformas biotecnológicas adaptadas a las necesidades más urgentes, recursos para conversar con los sectores público y privado sobre posibles financiamientos, y herramientas inmunológicas desarrolladas en tiempo récord como los nuevos prototipos de la vacuna ARVAC contra el COVID-19.

En línea con la tradición filántropa inaugurada por Cecilia Grierson, Juliana esconde su magia con elegancia. “No siento que haya logrado algo. Más bien tengo proyectos en los que voy cumpliendo pasos. Logro va a ser cuando tenga una vacuna aprobada”, dice la doctora en Inmunología, que, en plena pandemia y junto con su equipo de científicxs de la Escuela de Bio y Nanotecnología (EByN) de la UNSAM, se embarcó en uno de los proyectos más ambiciosos en la historia sanitaria del país. Es la primera vez que una vacuna preventiva hecha en la Argentina y por una universidad pública alcanza la Fase 1. Esto es, pruebas en humanos.

Mirá qué otras sorpresas guarda la valija de Juliana en este perfil de Revista Anfibia.