Son personas que tuvieron la posibilidad de hacer una carrera universitaria y aprender oficios gracias al CUSAM, la sede de la UNSAM en la Unidad Penitenciaria N.º 48 de José L. Suárez, y hoy buscan transmitir sus aprendizajes —académicos y de la vida— a adolescentes de barrios populares para contenerlos y prevenir actividades delictivas o adicciones. “Es fuerte porque hay mucha necesidad y mucha falta de amor. Yo lloro de felicidad por saber que estoy haciendo bien las cosas, pero quisiera hacer más”, dice Sabrina, una de las talleristas.

“La carrera me desarmó de un personaje que había construido afuera, llamale chorro o no sé. Ese es un personaje que nosotros construimos en cuanto al querer ser, pertenecer. Y empecé a entender cómo funcionan la sociedad y las instituciones”, cuenta por su parte Víctor González Sosa, que desde hace un año y tres meses trabaja en el Centro Juvenil Los Eucaliptos acompañando a jóvenes de entre 12 y 24 años del barrio de Villa Lanzone que asisten al centro para realizar talleres. “Los centros juveniles son una excusa para poder llegar a los jóvenes: creo que está bueno atajarlos afuera para que no vengan acá adentro. Usar todas las políticas que haya en cuanto a poder garantizar su derecho a la educación, la salud, el arte, la cultura y todo lo que aporte a abordar sus problemáticas”, añade Víctor, que a la par está escribiendo su tesis sobre la inserción laboral de lxs egresadxs del CUSAM.

Sabrina Piotti también le sacó el jugo al CUSAM. Hizo todos los talleres que pudo: radio, poesía, escritura, informática, alfabetización, panadería, braille, comida saludable y cursó la carrera de Trabajo Social y la Diplomatura en Arte y Gestión Cultural. Luego de recuperar su libertad, siguió con sus estudios en el Campus Miguelete (Licenciatura en Sociología) y comenzó a dar talleres de escritura y poesía en los centros juveniles de San Martín. Hoy enseña en cinco: 9 de Julio, Eucaliptos, Carcova, Billinghurst y Costa Esperanza. “El CUSAM transformó mi vida y logró darme las herramientas para que hoy yo pueda ser lo que soy, esta profe que lleva ilusiones, sueños, esperanza a la vida de muchas personas que están lastimadas y que no creen que pueda haber un cambio”.

Conocé la historia de la vinculación entre estudiantes y egresadxs del CUSAM con los centros juveniles de San Martín en esta nota.

Víctor González Sosa (buzo anaranjado) junto a trabajadorxs de centros juveniles