¡Hola, unsamita! ¿Cómo estás?

Cada tesis premiada es mucho más que el logro individual de quien la escribe: es la expresión visible de un proceso colectivo. Detrás de la persona que recibe un reconocimiento hay años de estudio, de acompañamiento, de debates, de laboratorios compartidos y de docentes que dejan huella. Cada estudiante que se gradúa en la UNSAM lleva consigo una red de saberes y de afectos que le permite dar ese salto final: convertir lo aprendido en una contribución original.

En ese recorrido, la universidad es más que una institución: es un ecosistema que hace posible la formación de profesionales y de personas. Es la infraestructura que sostiene la curiosidad, los equipos que permiten experimentar, las aulas donde las ideas se discuten y se transforman, lxs compañeros que empujan en los momentos de duda. Cada logro individual se construye sobre esa trama de apoyos visibles e invisibles que hacen que el conocimiento circule y se renueve.

Por eso, cuando una tesis recibe un premio, también se reconoce la potencia de ese ecosistema educativo público que permite que la Argentina siga formando profesionales de excelencia. Un sistema que apuesta al largo plazo, que confía en la investigación y en el trabajo sostenido, y que demuestra que la educación pública sigue siendo una de las mayores herramientas para construir futuro.

Fortalecer ese ecosistema —cuidar a sus docentes y no docentes, a sus investigadorxs, a sus estudiantes— es cuidar la posibilidad misma de seguir produciendo conocimiento. Porque cada logro académico es, en el fondo, una prueba de que invertir en educación y en ciencia pública tiene sentido: transforma vidas, crea oportunidades y mantiene viva la materialidad de un país que aprende, investiga y se piensa a sí mismo.

Todo eso y mucho más, en este #NU 214.