Un gusano que parece de otro planeta. Esponjas gigantes. Corales fríos que laten como si tuvieran pulso. El hallazgo no fue en un laboratorio ni en una película de ciencia ficción, sino a 3900 metros de profundidad, frente a las costas argentinas. Por primera vez, miles de personas siguieron en vivo la exploración del cañón submarino frente a Mar del Plata. Ocurre en el marco de la campaña Talud Continental IV, llevada adelante por el CONICET y el Schmidt Ocean Institute, cuyo registro en imágenes se volvió viral y despertó un inesperado entusiasmo por la ciencia oceánica.

“Lo más importante es que estamos observando ecosistemas de los que se sabe muy poco, en una de las regiones más energéticas del océano global”, explicó María Paz Chidichimo, investigadora del CONICET y directora del Área de Oceanografía Física y Clima de nuestra Escuela de Hábitat y Sostenibilidad (EHyS). “Es una zona crítica donde se encuentran las corrientes de Brasil y de Malvinas. Esa interacción crea un sistema con una dinámica muy compleja y altamente variable”.

Chidichimo destacó que esta campaña marca un hito tecnológico. “A diferencia de exploraciones anteriores, que usaban redes de arrastre, ahora contamos con vehículos operados remotamente que capturan imágenes en alta definición sin perturbar el ecosistema”. Cuando la expedición finalice, los datos quedarán disponibles bajo un sistema de acceso abierto. “Además de las publicaciones académicas, es fundamental que estos hallazgos lleguen a quienes toman decisiones”, señaló Chidichimo. “Necesitamos traducir la ciencia en acciones concretas, como la creación de áreas marinas protegidas. Esa es la única manera de preservar estos ecosistemas únicos y tan poco explorados”.

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