Más allá de ser mujeres en contexto de encierro, también somos madres, somos abuelas. Y el CUSAM no solo nos ofrece estudio y conocimiento, y poder tener un título, una diplomatura. También nos permite traspasar estos muros y llegar de otra forma a nuestras familias. La Universidad nos da la posibilidad de que nuestras familias conozcan cómo estudiamos, el esfuerzo que hacemos por transformar nuestra vida. Ese mensaje llega a nuestras casas, lo perciben y nos preguntan: “Mamá, ¿estás en el CUSAM?”. No se trata solo del contenido de la materias que vemos cuando estudiamos: nuestras familias reconocen y ven nuestro cambio. Quizás ustedes no nos conocen y no van a poder ver ese cambio, pero nuestras familias sí lo ven. Nuestras hijas adolescentes sí lo ven. Y es importante porque queremos que esa nueva generación de estudiantes no esté de aquel lado del alambrado intentando llegar al CUSAM. Nosotras estudiamos para que nuestros familiares no tengan que estudiar en la cárcel. Por eso le damos gracias al CUSAM y a la Universidad.
Testimonio de Mariela, estudiante de Trabajo Social y vicepresidenta del Centro de Estudiantes Azucena Villaflor del CUSAM, el espacio educativo que la UNSAM creó dentro de la Unidad Penal N.º 48 de San Martín. Lo dijo durante la reunión del Consejo Superior que se hizo en ese espacio.
Sobre ese hito institucional histórico y otros temas, este #NU 201.