Valeria Della Maggiore dirige un laboratorio en la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM que incorpora la inteligencia artificial a sus líneas de investigación en neurociencias. Junto a su equipo, busca generar nuevos datos que faciliten la elaboración de diagnósticos y mejorar tratamientos de rehabilitación. La invitamos a ver el primer episodio de la nueva temporada de la serie Black Mirror (Netflix): ¿cuán lejos estamos de los avances y distopías tecnológicas que muestra la ficción?

Mike y Amanda son una pareja que se ama y planean un futuro en común. Tienen trabajos (viven al día) y desean tener hijos. Hasta que la mujer sufre un colapso repentino que la deja en un coma en apariencia irreversible. Frente a la noticia, a Mike le ofrecen una alternativa: una tecnología experimental que promete “revivir” las funciones neuronales de su esposa. Este es el disparador del episodio.
“Mientras que el episodio de Black Mirror imagina un futuro en el que la función cerebral es completamente reemplazada por un sustituto digital, los esfuerzos científicos actuales siguen un enfoque basado en la evidencia empírica en el que la tecnología asiste a la biología. En lugar de sustituir circuitos neuronales, la neurociencia está integrando progresivamente los desarrollos tecnológicos—incluyendo interfaces cerebro-máquina y algoritmos de inteligencia artificial—para restaurar, sostener o mejorar la función cerebral”, escribe Della Maggiore en este artículo.

La investigadora de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM analiza también los debates “neuroéticos” que plantea la serie (y la práctica científica real).