“A mí me toca una tecla muy sensible porque soy primera generación de estudiantes universitarios en mi familia: mis abuelos no terminaron la primaria, mi papá no pudo terminar el secundario, mi mamá sí pudo gracias a una política de estado presente, y hoy yo puedo acceder a la universidad gracias al laburo de ellos y a sus deseos de que yo pueda estudiar, aunque hoy esté cada día más difícil y haya que buscar otras formas de generar ingresos”, contó Luna, que hoy cursa su último año de la Licenciatura en Antropología Socia y Cultural de la Escuela IDAES. “Soy la combinación de un montón de sueños y expectativas, y ahora siento que estoy en la misma posición de un montón de compañeras y compañeros de mi generación que estamos acá en la calle interpelando a familiares, a vecinos y a compañeros de aula a los que quizá todavía no les termina de resonar. Venimos a bancar a la universidad pública, que no solo nos permite impulsar nuestras carreras profesionales: también nos permite acceder a otro tipo de ciudadanía“.
Por su parte, la decana de a Escuela de Arte y Patrimonio (EAyP), Laura Malosetti Costa, aseguró: “Esto es una oportunidad enorme. Creo que tenemos el derecho a defender nuestras universidades que son de excelencia y que son el capital más importante que tiene este país. A los más jóvenes que están pensando en anotarse en alguna carrera les digo: confíen en nosotros, vamos a defender la universidad hasta la muerte.”
Sobre el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, Mariela Cuadro, docente e investigadora de la Escuela de Política y Gobierno (EPyG), señaló: “Es una ley que lo único que está pidiendo es que nuestros salarios y el presupuesto de los gastos de funcionamiento se equiparen con el índice de precios al consumidor. No se está pidiendo más que eso, es una ley muy factible de ser implementada”. En esta línea, Solange Novelle, secretaria del Consejo Superior, completó: “Además de necesitar plata para pagar la luz y el resto de los servicios, el capital humano es el recurso más importante que tiene la universidad pública“.
Gonzalo Orta, nodocente de la Escuela Secundaria Técnica, también expresó: “Nos duele ver la realidad, porque la idea y la lucha de los docentes y los nodocentes que trabajamos en la Escuela es para que los pibes y las pibas de los barrios más populares como José León Suárez puedan llegar a la universidad“. Por su parte, Silvia Bernatené, decana de la Escuela de Humanidades (EH), celebró: “Esta es una jornada de expresión, de lucha, de defensa de la educación pública, de la universidad pública y del sistema científico. Acá hay futuro: es una disputa del presente por el futuro“.